viernes, 6 de abril de 2012

PEQUEÑAS BALAS


Hijos de la pena y el dolor, escogidos a los ojos del diablo, donde están sus risas cubriendo el aire de colores, y los cuentos antes de ir a dormir. Sin abrazos de amor que los alimenta cada día, como del vientre en que venían antes de ver la luz del sol. Los perros ya no tienen de quien correr, a las muñecas ya nadie las puede peinar…Arrancados de los brazos de una vida adornada de mariposas de colores, alejados de los campos olor lavanda, bajados de los manzanos para llevarlos al oscuro bosque. En manantiales de agua fría son lavados sus recuerdos, son mojados sus sueños, son vaciados sus pensamientos. Ya sólo pueden correr como fieros lobos tras los corderos, de entre ellos algunos serán nacidos del mismo vientre del que salieron, sus cuerpecitos de marioneta sólo bailan al son de su dueño, rígido látigo los lleva por el camino recto y en la huida muchos desaparecerán como espectros de luz que nunca estuvieron. Pequeñas balas que no merecen condena, pequeñas balas conducidas al mando de enormes proyectiles metiéndoles miedo, marionetas de la vida que algún día serán arrancadas de sus cuerdas por exceso de peso, y abandonados al olvido de un futuro incierto.

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